Cuando Nómades solo era una idea difusa
naciendo en los diálogos de los primeros organizadores, estuvimos de acuerdo en
armar un lugar donde la gente en situación de calle (población con la cual
trabajamos) tenga un pequeño espacio donde comunicar, dialogar y debatir algo
de su interés, contar su vida o denunciar su situación económica-social, porque
debido a la gran cantidad de gente que se encuentra en emergencia habitacional,
(sin techo, paradores, alquiler con subsidio, asentamientos, villas miseria)
concluimos que hacemos frente a una problemática de índole estructural,
estrechamente ligada a la intencionalidad política que margina estratificando a
la sociedad de manera piramidal.
Nuestro primer objetivo, entrevistar
a la gente que vive actualmente en la calle, se postergó porque decidimos dar
la primera búsqueda de opiniones en un hogar (Centro de Inclusión Monteagudo) que
se presenta como alternativa a todo el espectro de políticas habitacionales de
cualquier color partidario. Es el primer hogar del mundo autogestionado por
gente en situación de calle donde plantean que la salida a la situación de
calle es colectiva. Tienen políticas de reinserción en cuanto a talleres de
reflexión, educativos, artísticos y de oficio, proyectos de radio, además de la
revista Nunca es Tarde que ya realizó su cuarto lanzamiento. En
cuanto a su director Horacio Ávila padeció en carne propia un período viviendo
en la calle en la zona de Congreso ¿único caso de movilidad social ascendente que
después de haber sobrevivido en la calle revirtió su situación?, y dada la
situación actual: ¿único ejemplo de lucha válido y de organización desde la
calle (ver Frazadazo)?
El día que fuimos a proponerle hacer
las entrevistas a la gente del hogar, vimos a Horacio caminando por el Parque
Patricio, con su paso tranquilo, meditante, yendo en dirección contraria al
hogar, su día había terminado (por lo menos pisando el hogar Monteagudo, aunque
nos confesó que siempre está pensando en él). Nos acercamos y ante el saludo inicial
su predisposición fue total. Le contamos de nuestro proyecto y nos dijo que le parecía
genial, que contáramos con él y que nos ayudaría en todo lo que necesitáramos.
Al rato, cuando nos presentamos en el hogar y hablamos del proyecto de Radio Nómades,
se anotaron todos los presentes para ser entrevistados. El recibimiento fue festivo
y sin dubitaciones.
Cuando uno entra al Monteagudo las
puertas se encuentran abiertas. El muchacho que trabaja de seguridad está
sentado mateando con la gente del hogar. Se respira un aire tranquilo, aunque
la imagen es impactante: ciento veinte camas que ofician de vivienda a una
comunidad necesitada. Se abre un horizonte que condensa tensión y acumula
energía para la lucha con el espíritu de rebelde de Proyecto7, la luz de su
dignidad. Ahora se entiende la diferencia con los otros dispositivos que
dependen del municipio, el lugar de paso se transforma en centro de contención
y referencia para la reflexión.
El mundo homogéneo a la vista de
Yako (ver artículo) que uniformiza y oculta la riqueza y calidad humana, se
transforma con las entrevistas Nómades y recupera el movimiento, su fisonomía
multiforme; lo llano adquiere su relieve y se vislumbra lo heterogéneo, lo
múltiple, lo distinto. Las entrevistas Nómades se caracterizan por el diálogo
profundo, el mate, la música, la risa y el llanto. Aflora la inteligencia múltiple que
caracteriza a todo ser humano.
La problemática de emergencia
habitacional es estructural y llegó para instalarse. El Centro de Inclusión existe
y pueden visitarlo, se nos abre una incógnita ¿el Hogar Monteagudo se presenta
como una alternativa a los paradores? (ver documental: Parador Retiro).
Agustín
Teglia
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