jueves, 2 de agosto de 2012

Afganistán y Bob Marley


"Ya no sé si merecerá
 La pena partir a otro lugar" 
Nacho vegas

         Buenos aires parece alejado, como acobachada de los movimientos ingratos que perturban al mundo. Cada tanto, sin saber mucho, nos llegan noticias de lugares que parecen matemáticamente imposibles de acariciar. Leemos informaciones trastocadas por agencias del establishment mundial. Nos informan y nos tratan como ignorantes que carecemos de poder crítico. Nos marcan a fuego quienes son los malos y quienes los cowboy de la bondad universal. De esta manera seguimos el rebaño, mas lo seguimos por inercia y ternura y un poco menos por ignorancia. Nunca seremos libres si no se entienden los procesos que desencadenan la violencia extrema e irritable de lo que parece lejano. Nunca podremos tomar una decisión si de manera salvaje y extrema seguimos al rebaño del mundo mundial.
         Cuado nos enteramos con Agustín que en el Monteagudo había un compañero de origen afgano se nos lleno el culo de preguntas. La incertidumbre precipito una entrevista en caliente. A pesar de los compromisos que teníamos, decidimos realizar la entrevista lo antes posible. Comenzamos a buscar información sobre la tierra que pisó Alejandro y Gengis Khan. Hicimos, mientras comíamos un matambrito a la pizza, un poco de historia sobre el avance colonialista inglés, sobre la imposición del régimen Francés en Afganistán y después la inserción soviética para finalizar con los resultados previsibles de la ocupación yankee y de los hijos de mil puta de los ingleses. Nos encontrábamos en presencia de un pueblo sumamente sufrido por las distintas corrientes hegemónicas que dominaron el mundo en cada encuadre histórico. Íbamos a la entrevista con un chip insertado en la cabeza “el sultán vienen del lugar más violento de las afueras de Kabul “. No sabíamos bien con qué y con quién nos íbamos a encontrar.
         La mañana estaba bastante húmeda y la leve brisa del invierno despejaba la claridad del cielo. Cuando entramos al Monteagudo sabíamos de antemano que la entrevista no sería una más. Lo vimos al bien vestido con un toque de dandy occidental, una bufanda blanca se deslizaba por su cuello. De manera extremadamente amable nos convido café y en su mezcla de portuñol, italiano e ingles comenzamos la entrevista.
         Por momentos y mientras realizaba la entrevista dejaba dar rienda suelta a su discurso. Se notaba en su voz un dolor incomprensible por ser un nómada del corazón y no entender aun porque carajo ese carguero lo trajo de Bombay a Buenos Aires. Desgarrado de raíz por dejar a su familia, aniquilado de base por la pérdida de amigos entrañables, cansado hasta las pelotas de violencia y rechazos. Podría ser Asunción, California o Tijuana. Pero fue Buenos aires. Tanto allá como acá sigue teniendo una marca que interrumpe toda expresión cotidiana el sultán es afgano. Esa discriminación pesa y se transforma en violencia, es el “terrorista”, el “tira bomba” “el musulmán”. Estas construcciones tan católicas y occidentales son tan solo etiquetas de los dueños del rebaño que te tiran un hueso en forma de noticia y vos con un reverendo pelotudo la chupas hasta el caracú y sentís que sabés de que hablás, entonces cuando te cruzás con el distinto lo encasillas, le hace un informe social, evitas que esté acá, allá y en todas partes. La idea del establishment es ocultar lo que molesta, lo que no cierra. Por este motivo tira a la cancha a psicólogos sociales, trabajadores sociales, a operadores de calle, a psiquiatras,  policías, a militares, curas y a Dios: papeles, balas, Mauser o extrema unción. Todas herramientas para acobachar al otro cultural y para que vivamos nuestras miserables vidas burguesas con los menores sobresaltos. Marginar al que pelea con sus armas (equivocadas o no) por la libertad de su tierra, por un derecho de garantía, por una ilusión de un mañana un poco peor a este presente. No debe ser sinónimo de “otro” no debes ser sinónimo de investigación de trabajos de campo y entrevistas. Tendría que ser sinónimo de libertad extrema. Quizás el tiempo nos de la razón a aquellos que pensamos que la violencia en la escritura, en las armas, en la poesía, en la entrevista sea el único camino de cambio
         A veces la contradicción me emborracha en su andar, pero cuando estoy sobrio escucho un poco más de lo que debo y me doy cuenta que es un agrado entrevistar al sultán y es una emoción cerrar con Bob Marley el programa mientras cientos de hombres se revientan a las 10 de la mañana en la oficina , mientras cientos de señoras se vuelan la cabeza educando a sus hijos a pesar de todos eso un apretón de mano nos pone al tanto que somos humanos, con errores y aciertos , y que nos vaya bien con o sin la violencia, principalmente que nos vaya bien en el proceso histórico de cortar los lazos con diablos de tamaño gigantesco como son los comunistas, los católicos fanáticos, judíos ortodoxos lame botas de Jehová, nazis y la basuras más grandes del mundo que un día un rey borracho y pedófilo decidió llamar Inglaterra.
         Por un Afganistán y una Palestina libre de la incidencia occidental.

Sergio Gurzi




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