lunes, 1 de abril de 2013

8. Solo se aprende siendo autodidacta



            El gordo Firpo abrió los ojos y vió a Cosmo encima de su pecho. Luego miró alrededor y se encontró con la estación de trenes de Once. Salió de la Estación y se tiró al sol en las escalinatas de la disco Tropical. De repente vio como la sombra de un urso lo levantó del suelo como si fuera un papel. Cosmos desapació al instante. Waldo! Cómo estás? Me podrías bajar que me puedo lastimar?. Pero el patovica del sauna lo sacudió de un saque y el gordo Firpo cayó como una bolsa de papas.
            Cuando abrió los ojos, un muchacho lo estaba curando en un sillón. Y vos quién carajo sos?. Tranquilo me llamo Serguei y te encontré tirado así que te subí a mi departamento para limpiarte esa horrendas herida que tenés en el ojo, si querés podés darte una ducha. El gordo saltó de una, vos lo dijiste, vos sos gay, pero más que gay sos un puto de mierda! y el gordo abrió la puerta y corrió por la Avenida Rivadavia. A mitad de cuadra ya se encontraba caminando junto a Cosmo con un remolino en la cabeza.
            Llegó hasta el cruce de Cid Campeador y ahí estaba el diablo Tombo con cara de abuela. Sos un perdedor, ya te dije que Sixto empírico es un pelotudo aunque en la Grecia del siglo VI después de Cristo, había sentenciado que no se puede transmitir la experiencia y lo lincharon por escéptico. Por más que te lo explique no lo vas a entender, andá a la escuela o querés ser un peligro para el imperio y que te hagan fletar?. En ese mismo momento le sonó el teléfono a Pipino.
            Elvio hijo de puta! Pagame lo que me debés. No, Pipino, estás confundido soy Adolfo y tengo un re laburo para vos, una copada, el sueño del pibe: tenés que ir a la casa del casi ingeniero tala árboles Macri y liquidarlo. Si, esta es grosa, lo despachás y empezá a elegir casa en un country que te va a ir de puta madre. Pedile al diablo Tombo que te pase el bufaso que es cuestión de un minuto. Pipino tiró a la Avenida el celular y pasó el colectivo 55 para hacerlo percha. Miró a su costado y en lugar de encontrar al diablo Tombo con cara de abuela encontró un paquete cerrado. Seguro que sería su sanguchito de milanesa. Caminaría y lo comería en algún lugar tranquilo.
            Llegó al barrio de flores y en un caserón escuchó ruido a punk. Entró junto a Cosmo que se había parado en su hombro. La banda sonaba igual a la que tenía con Lucho y Leuco, se paró de frente y vio el cartel de “Encrucijada”, la concha de su madre! Era Lucho, Leuco y también Lino con su guitarra en forma de flecha, lo habían traicionado con el pedorro de Lino!. No lo podía creer. Encima que tenía tema nuevo, quiso recordarlo pero no había caso, ya era parte del olvido. Se puso de cara con Lucho y Lino que cantaban en el mismo micrófono el punk llamado el punk del punk, un tema compuesto por él, se sintió Fernan Mirás en Tanguito feroz. Miró la casa y era una maldita casa tomada, odió al mundo okupa por la traición que se cometía en ese acto. Fue al patio para comerse su sanguchito de milanesa y se encontró con un fierro cargado con una bala. Ya fue me quedo con hambre pero me saco las ganas. Entre la multitud se escuchó un disparado y el que cayó fue Lucho.


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