lunes, 11 de febrero de 2013

Prostitutas sindicales capitulo IX.


          Profanamos por el calor y la húmeda.
       “Como una fruta madura su cráneo se hundió”.

         Fue un domingo de cenizas de carnaval. La noticia de las profanaciones de las tumbas en el cementerio de la Chacharita no había sido noticia, la noticia de ese día fue una nevada atroz que había caído sobre baires.
         El golpe al cementerio fue muy discutido dentro de la comunidad. Octaviano y tito estaban en contra, el resto (con Ismael a la cabeza) estaban a favor. La mayoría se hizo presente y el golpe se planifico detalle por detalle para la noche de cenizas. Los cadáveres a exhumar estaban marcados. Los candidatos para el juicio eran “papa sindicalistas” muerto de un paro cardiaco mientras despedía el año, referente de la matarazo y virgen protectora de la cuca monga dance. El otro finado era “mama comando”, patrona de los comandos y del galo, y el último fiambre a levantar era “mama ñoqui “ que era el útero psicopático de su progenitora .
         La comunidad se infiltró en el cementerio con ninguna resistencia, era un grupo de gatos mas entre tantos gatos de un cementerio. Caminaban entre barro y cruces. Jugaban entre césped y tierra, se lamían sobre mármoles y crucifijos. La gente pasaba y los saludaba, los mimaban y hasta le daban de comer. Ellos miraban a los deudos, a las carrozas fúnebres. Veían el más allá y plasmaban en sus ojos a las muertes haciendo su trabajo, acompañando a los féretros y conteniendo el dolor que esparcían.
         Al caer el atardecer se juntaron en la capilla y comenzaron la exhumación de los tres cuerpos. Laboriosamente los extrajeron de sus tumbas, los apilaron en un carro de botellero y caballo al trote corto se los llevaron para rosario norte. En ese sitio lavaron los cuerpos, los vistieron con trajes a rayas, los peinaron, acomodaron sus extremidades podridas, los perfumaron y le sacaron la tierra. Y el juicio comenzó.
         Los tres cadáveres estaban sentados en sillas de mimbre, detrás sonaba la música de violes del siglo XV, cada uno de los cuerpos tenía a su alcance un vaso de esperidina por si la sed los agobiaba y también los gatos de la comunidad le habían dejado un poco de atún con aceite cerca de los finados. Las mirada de los cadáveres estaban clavadas sobre el piso de parquet  y el gato Ismael con un sombrero rosa de ala ancha les dictaba el veredicto: “usted señor papa del sindicalismo, lo condenamos a una segunda muerte por artífice de la Matarazo (traidora y vende patria) y por ser en vida guía de la cuca monga dance (asesino de almas y de sueños). Usted madame mama ñoqui, es condenada a su segunda muerte por loca y por dejarle como propina a su hija la neurosis enfermiza que calza y viste. Por último señora mama comando es condenada a su segunda muerte por parir a las legiones gala de arrastrados traidoras.
Que conste en acta y se haga justicia divina.
         Don tito tomó el martillo y le clavó en el cráneo la parte filosa a cada uno de los cadáveres. A cada golpe la comunidad maullaba  que se haga justicia. Luego fueron enterrados con honores cristianos en el parque de enfrente justo en el arenero de los perros, para que bendigan los restos todos los días con orín y excremento.
         La noticia de las profanaciones llegó a cada uno de los deudos. En una reunión cumbre llamada de urgencia se estableció el comité de crisis. Dentro del comité incluían a los capos capones de ATEos, Sutetra, los representantes de la plantas de la familia y los vamos caminando que aquí se respira, también se hizo presente el ángel de la reincorporación. Todos estaban consternados por el hecho atroz de meterse con los muertos, era inaceptable. Lloraron mucho en el comité de crisis, se abrazaron, putearon y juraron venganza. Mientras las lágrimas inundaban la asamblea, llegó un cartero con tres sobres destinados a cada uno de los deudos. Dentro de los sobres había restos de un diente de cada uno de los finados y un simple cometario…. La guerra comenzó.
De inmediato el ángel de la reincorporación le marcó la posición del aguantadero gatuno a cada uno de los miembros del comité lagrimoso. Marcó a rosario norte. Acá están los desacatao – dijo el ángel de la reincorporación.  Vamos a tomarlos por culo ya! Gritaron los ATEos. Los de Sutetra afilaron sus tetrabrikes y calentaron los choris. El galo y joe se calzaron los borceguís patea gatos, el ñoqui afiló las obras completas de Lacan, la matarazo tiró el diccionario y le sacó punta a uno de mortadela y queso, la vieja sin dientes se sacó un tumor de su cuerpo le puso una correa y le hizo crecer los dientes, el manco del espanto sacó su mano manca y le puso un informe social afilado y puntiagudo. Junto al frente de liberación gatuno que nació esa misma noche del comité de crisis se acercó a darle apoyo “el monto te agudo”, iban todos sin bañarse y con su baranda estaban dispuesto a voltear al gato que apareciera en el camino y por último un pelotón de trabajadores sociales brindó ayuda con derivaciones voladoras.
         Todos marcharon para rosario norte esa misma noche. Sus caras eran muy serias y la venganza nacía desde sus entrañas. La batalla final se precipitaba a su máxima expresión.


                                                                                       Bengala.



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