Profanamos por el calor y la húmeda.
“Como una fruta madura su cráneo se hundió”.
Fue un domingo de
cenizas de carnaval. La noticia de las profanaciones de las tumbas en el
cementerio de la Chacharita
no había sido noticia, la noticia de ese día fue una nevada atroz que había
caído sobre baires.
El golpe al cementerio fue muy
discutido dentro de la comunidad. Octaviano y tito estaban en contra, el resto
(con Ismael a la cabeza) estaban a favor. La mayoría se hizo presente y el
golpe se planifico detalle por detalle para la noche de cenizas. Los cadáveres
a exhumar estaban marcados. Los candidatos para el juicio eran “papa
sindicalistas” muerto de un paro cardiaco mientras despedía el año, referente
de la matarazo y virgen protectora de la cuca monga dance. El otro finado era
“mama comando”, patrona de los comandos y del galo, y el último fiambre a
levantar era “mama ñoqui “ que era el útero psicopático de su progenitora .
La comunidad se infiltró en el
cementerio con ninguna resistencia, era un grupo de gatos mas entre tantos
gatos de un cementerio. Caminaban entre barro y cruces. Jugaban entre césped y
tierra, se lamían sobre mármoles y crucifijos. La gente pasaba y los saludaba,
los mimaban y hasta le daban de comer. Ellos miraban a los deudos, a las
carrozas fúnebres. Veían el más allá y plasmaban en sus ojos a las muertes
haciendo su trabajo, acompañando a los féretros y conteniendo el dolor que
esparcían.
Al caer el atardecer se juntaron en la
capilla y comenzaron la exhumación de los tres cuerpos. Laboriosamente los
extrajeron de sus tumbas, los apilaron en un carro de botellero y caballo al
trote corto se los llevaron para rosario norte. En ese sitio lavaron los
cuerpos, los vistieron con trajes a rayas, los peinaron, acomodaron sus
extremidades podridas, los perfumaron y le sacaron la tierra. Y el juicio
comenzó.
Los tres cadáveres estaban sentados en
sillas de mimbre, detrás sonaba la música de violes del siglo XV, cada uno de
los cuerpos tenía a su alcance un vaso de esperidina por si la sed los agobiaba
y también los gatos de la comunidad le habían dejado un poco de atún con aceite
cerca de los finados. Las mirada de los cadáveres estaban clavadas sobre el
piso de parquet y el gato Ismael con un
sombrero rosa de ala ancha les dictaba el veredicto: “usted señor papa del sindicalismo, lo condenamos a
una segunda muerte por artífice de la Matarazo (traidora y vende patria) y por ser en
vida guía de la cuca monga dance (asesino de almas y de sueños). Usted madame mama ñoqui, es condenada a su
segunda muerte por loca y por dejarle como propina a su hija la neurosis
enfermiza que calza y viste. Por último señora mama comando es condenada a su segunda muerte por parir a las
legiones gala de arrastrados traidoras.
Que
conste en acta y se haga justicia divina.
Don tito tomó el martillo y le clavó en
el cráneo la parte filosa a cada uno de los cadáveres. A cada golpe la
comunidad maullaba que se haga justicia. Luego fueron enterrados con honores
cristianos en el parque de enfrente justo en el arenero de los perros, para que
bendigan los restos todos los días con orín y excremento.
La noticia de las profanaciones llegó a
cada uno de los deudos. En una reunión cumbre llamada de urgencia se estableció
el comité de crisis. Dentro del comité incluían a los capos capones de ATEos, Sutetra, los representantes
de la plantas de la familia y los
vamos caminando que aquí se respira, también se hizo presente el ángel de
la reincorporación. Todos estaban consternados por el hecho atroz de meterse
con los muertos, era inaceptable. Lloraron mucho en el comité de crisis, se
abrazaron, putearon y juraron venganza. Mientras las lágrimas inundaban la
asamblea, llegó un cartero con tres sobres destinados a cada uno de los deudos.
Dentro de los sobres había restos de un diente de cada uno de los finados y un
simple cometario…. La guerra comenzó.
De inmediato el
ángel de la reincorporación le marcó la posición del aguantadero gatuno a cada
uno de los miembros del comité lagrimoso. Marcó a rosario norte. Acá están los
desacatao – dijo el ángel de la reincorporación. Vamos a tomarlos por culo ya! Gritaron los
ATEos. Los de Sutetra afilaron sus tetrabrikes y calentaron los choris. El galo
y joe se calzaron los borceguís patea gatos, el ñoqui afiló las obras completas
de Lacan, la matarazo tiró el diccionario y le sacó punta a uno de mortadela y
queso, la vieja sin dientes se sacó un tumor de su cuerpo le puso una correa y
le hizo crecer los dientes, el manco del espanto sacó su mano manca y le puso
un informe social afilado y puntiagudo. Junto al frente de liberación gatuno
que nació esa misma noche del comité de crisis se acercó a darle apoyo “el
monto te agudo”, iban todos sin bañarse y con su baranda estaban dispuesto a
voltear al gato que apareciera en el camino y por último un pelotón de
trabajadores sociales brindó ayuda con derivaciones voladoras.
Todos marcharon para rosario norte esa
misma noche. Sus caras eran muy serias y la venganza nacía desde sus entrañas.
La batalla final se precipitaba a su máxima expresión.
Bengala.
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