Escritos sobre la lucha Wow (lucha del BAP)
“Soy tuyo”. Esa fue la frase que sintetizó la expresión
corpórea cuando les di vida a prostitutas. “Soy
tuyo”. Dos palabras que comenzaron a rebotar en mi testa desde el mismo día
que me diagnosticaron el final en el BAP. “Soy
tuyo”.
SOY TUYO: La apropiación como medio de
tortura, como medio de extorción, como medio de presión. No hablo de la tortura
vulgar de una picana, de un palo justiciero, de violaciones en la parrilla, de
submarinos secos, o de otros elementos de sufrimiento del cuerpo. “Soy tuyo” es la tortura de la
psicopateada, de la pérdida total de dignidad. Ya no sos vos, “soy tuyo”. Es la
entrega a salvarse de alguna manera; ¿cuál es esa manera? ¿Cual es esa ruta? No importa cuál es, tan
solo importa” soy tuyo”.
Fue una
sensación rara cuando me diagnosticaron que mi tiempo en el bap estaba contado.
Sabía que con mi finalización del contrato era
iba a ser un finado elegante; finado porque era un cadáver civil al cual
saludaba sus autoridades con un “ es una restructuración” ; quedaba abandonado
a la buena suerte en plenas cuatro décadas y elegante , porque los cuervos
ajenos me iban a saludar, a comprender, a darme su pésame los hijos de puta de
manera decorosa, a realizar fiestas de apoyo, a nombrarme en todas las gacetas,
a vestirme de mártir, de héroe, de ejemplo para la lucha .
En esta clase de circunstancias no hay muchas salidas,
tal vez uno cuente tres o con algún esfuerzo cuatro; una puede ser comerse al
che Guevara a la parrilla con moroncitos y ajo, digerirlo y con ayuda de un
sindicato progre “que conoce la lucha desde lejos y solo le importa copar la
parada a cualquier costo “empezar a confeccionar (en nombre de ellos) la
resistencia a las cagadas originales. Otra salida es resignar la derrota vía un
error, recibir los sermones de las plantas del BAP poco regadas y seguir para
adelante con “aguante y farmacia”. Otras de las salidas era olvidar lo
sucedido, repartir culpas, hacer terapia y buscar un nuevo trabajo; ahora sí,
evitando conflictos y sonriendo en la cara de los que fueron parte de esta
historia de diagnósticos sobre mí. Por último, existía una salida más, tal vez
la más poco indicada para el burgués
moderno. Esa salida era cagarse de risa de la situación, llevar el hecho de mi
despido en el BAP a lo grotesco ; reírme del cáncer deseado a Nora, cagarme de
risa de la panza de la asexuada de Coco, reírme hasta morir de la inocencia
estúpida e insegura de mariana, cagarme en las palabras de Claudio y sus
esbirros de planta, burlarme hasta el hartazgo y ridiculizar a un manco, defenestrar a los curdas de sutecba ,
mear sobre la inocencia impúdica que intenta representar ate, que me chupen la
pija de rodillas aquellos que se toman la bastarda lucha del bap en serio,
reírme de mi desgracia, de mis errores, de mi persona. Desvestirme de victima
esencial, negarme en todos los episodios y aparecer en la barricada de la
escritura.
Opté por esta
última cómo salida y aun hay noches que me siento frente a la máquina a
burlarme de ellos a burlarme de mi o sea, a realizar lo grotesco y esto de lo
grotesco se encarna en las prostitutas sindicales. Es la opción más sagrada y
complicada es la burla (de hecho la burla estuvo prohibida por siglos y tuvo
muertos y muertas a través de la
historia). Pero la burla personal y ajena es alojarse en el ceno salvador del
humor grotesco. Mientras el resto muere en la lucha de la farsa y los de
plantas se retuercen en la podredumbre de la acción, yo disfruto escribiendo
prostitutas sindicales y es un placer incomparable burlarme de mi y del resto.
Lamentablemente
los años y las derrotas en todos los campos de mi vida, me enseñaron a ser un
elemento sínico, perverso y psicópata. Me encanta mi sufrimiento y el
sufrimiento de los enemigos ajenos. Cuando Nora, Coco o Marina se retorcían en
su indignidad por lo que escribí, yo estaba extasiado en mi nueva vida, alejado
del Rawson y del bap, rodeado de ese grupo de amigos que me dejo el trabajo.
Cuando algunos de planta me dan vuelta la cara me cago de risa en mi interior,
cuando ate no da un mango por estos escritos para mí es un orgasmo increíble y
cuando sutecba niega mi reincorporación me cago en ellos y grito a los cuatro
vientos: “a cuca me lo cojo y lo mato”.
Sigan
matándose, sacándose los ojos y reproduciendo la misma basura de siempre
mientras tanto, intentando en vano ser el pibe de planta del mes, ser
reincorporados por un acto de magia, ser el más poronga de los trosko, ser el
más chupa culo del sindicalismo, ser la más puta que menos trabaja, ser el más
pajero que más duerme… yo , mientras tanto , sigo dándole unos toques a mis
prostitutas sindicales, que son mis novias en la fantasía de ser lo que algún
día fui.
BENGALA Y EL
GATO ISMAEL.
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