miércoles, 10 de octubre de 2012

Prostitutas sindicales (Capítulos I, II, III, IV)

Los lobos muestran ternura a morder. (Capítulo I)

            Habría que ver si mañana es otro día, quizás para los que siguen inmersos en la rutina tediosa y espiralada de dar su brazo a torcer, sería algo así como lo mismo, como lo mismo, tal vez se preparen para el dios proveerá. Pero aún no lo sabemos. Tampoco sabemos muy bien las cosas que suceden detrás de ciertos tiempos. El tiempo es una creación del hombre, una herramienta cultural de adoctrinamiento y a la vez de rectitud. Pero existe otro tiempo, un tiempo armado de lo abstracto de aquella esencia fantasmagórica que suele abrazar de punta a punta a los procesos. A ese tiempo le quiero dedicar este cambalache de palabras.



Fines del termidor (capítulo II)

            Una estela de ausencia se precipitó en la tierra, casi no hizo ruido y falló en su diana. Era el Ángel de la reincorporación que había caído sobre el empedrado espartano del barrio de Barracas. Quedó aplastado sobre las piedras centenarias, inmóvil, con las arterias repletas de veneno y con las manos que aun creían en los milagros. En la esquina estaban las perezosas: la Vella sense dents  y su amiga de calzon la Grossa Matarazzo. Al ver caer esa estela las dos se miraron y pensaron lo mismo “cayó un ángel, el ángel esperado de la reincorporación“.
            La lucha del proceso Wow había sido tediosa, densa, los espíritus combativos se habían asociado (cuando el Termidor agonizaba) en la sociedad Anem caminant, acadèmic es respira. Se debatía las condiciones de trabajo, se leía los cristos de los pensadores decimonónicos, se rasgaban las vestiduras en posibles luchas cuerpo a cuerpo. Pero estos ideales se realizaban siempre dentro del marco de las leyes del estado Tatadiós, eran patriotas petiteros del intelecto que siempre estaban a la disposición del Tatadiós. Cuando pegaba dos gritos la Anem caminant, acadèmic es respira  se erguía y salida a la ayuda interminables de los caminantes urbanos; esos desechos del liberalismo arrastrados por el hambre de cazar, deshilachados hasta los huesos por las promesas baratas del Tatadiós. La sociedad era variopinta en su compleja estructura, pero había esbirros, aquellos que manejaban el núcleo duro de la Anem caminant, acadèmic es respira. Ellos se denominaban els adolescents. Su ideal era la Frida calo amnte, la unica postura era masturbarse con Trosky mientras. Pero ahí estaban luchando tanto el Núcleo duro como la Anem caminant, acadèmic es respira por el Ángel de la reincorporación que algún día iba a llegar y llegó. Pero su rosa de los vientos estaba mal calibrado y el Ángel estaba borracho. Había salido de copas la noche anterior y la mañana lo sorprendió guardando faso en el armario junto a una prostituta de esas, de la trata que con su útero chorreado de leche le decía adiós, hasta luego corazón. 
            En ese estado calamitoso se nos fue el Ángel y así termino, resacoso sobre el empedrado y ahí estaba las dos en la esquina. Justo ellas lo vieron caer. Justo ellas se acercaron y justo ellas llamaron a los que tenían que llamar.



Quiénes somos. (Capítulo III)

La Grossa Fideu, no lo dudó y llamó al mercenario de el Gal roamnizadoo. Se hizo presente con su discreto uniforme y montado en su ego dio la orden de tírale la red, maniatarlo y llevadlo al depósito sindical. La patria perezosa hizo caso y lo llevaron al depósito sindical. Muy amablemente lo recibió la patota a cargo de Coco el amoroso y junto al Gran manya de los manyas el Kuka monga dance. Lo entrevistaron. La resaca del Ángel era demasiado para soportar lo interrogantes. Entonces le pidieron que exprese su arte de reincorporación en una hoja y él de manera desencajada dibujo al Manquito sin banquito. El manquito sin banquito era un personaje odiado por todos pero respetados por todos, que renegaba de conchas cercanas pero las lamia a la hora de almorzar, que sometía con su presencia a la tropa de la aristocracia y a la gentry del intelecto. Todos prometían no volver pero nadie lo intentaba. Ni siquiera el Núcleo duro o el ala más pasiva de a Anem caminant, acadèmic es respira. ¿Por qué lo respetaban en el círculo del ojo del huracán del odio?
Por las migajas lo respetaban, no había otra opción. Las migajas de los caminantes son las vidas mismas. Sin caminantes no hay migajas, sin migajas no hay nada... esta solo el vacío, es ir contra uno mismo, sin propios de consolación, sin decir suficiente. Ahí es donde recae el poder del Manquito sin banquito más bien llamado el Manxol.
            El dibujo dolió por de más. Todos se miraron, sin comprender como un desahuciado y borracho Ángel había realizado semejante obra de tal tono hereje. Le faltaba el respeto al mismísimo el Manxol. El primero en levantar el teléfono y a las ordenes del Tatadiós fue el Gal roamnizadoo. Informó de la situación al mismísimo el Manxol. Aturdido y desesperado se hizo presente en el depósito sindical.
            Mientras la noticia de la abrupta llegada del Ángel y su secuestro llegó a oídos de la sociedad Anem caminant, acadèmic es respira. Inmediatamente se llamó a una asamblea extraordinaria. Todos se hicieron presentes con su disfraces; damas del siglo dieciocho, soldados griegos, bonapartistas, espartanos de termopilas, viejos brujos, hadas madrinas sin ahijadas, Borges, disfraces de Perón e Illia, entre otros. Todos amontonados en una habitación quemando su intelecto de manera despiadada para ver cómo solucionar esta terrible escena que era no tener entre nosotros a la salvación de la lucha del ocaso del termidor, no tener en la lucha la salvación del triunfo. Entre los disfraces, el humo y la buena onda estaba calzón con calzón la Grossa Fideu y la Vella sense dents. Ambas mantenían la seriedad y el compromiso, nadie sospechaba que ellas eran lo que son. Entre mate y mate, entre risa y discusión ellas salían a tomar un poco de nicotina y empezaban a comunicarse con su nexo celestial una tal Ñoqui espantat. El Ñoqui espantat tenía miedo, siempre tenía miedo. Su terror era trabajar más de dos horas y si el Ángel salía de donde estaba ella estaría marcada. Sin dudarlo la orden estaba dada para ese momento. Era cuestión de tiempo, pero el fin se precipitaba de manera inexorable.



La asamblea del año XIII e Ismael. (Capítulo IV)

            La asamblea terminó donde comienza la ruta de la demonia, donde la necesidad empieza a apretar y cuando en el atardecer más triste es la luz. ¿Pero qué hacemos con el Ángel de la reincorporación?, preguntó uno por ahí disfrazado de bonapartista y la respuesta fue unánime “no tiene que temer los lobos muestra ternura al morder. Todo va a ir bien y que nos vaya bien”. Adiós.
Brindaron entre disfraces y caretas, entre buena onda y humo, entre aprobarse nuestra fe y morder. Se retiraron de la asamblea y unos pasquines de bajo precio salieron a la calle pegados por los vendedores de teléfonos celulares venidos a menos que se agrupaba en el Gheto de ATEos. Todos fueron felices y comieron pizza y moscato, a seguir con lo mismo, con la misma incertidumbre. Adiós amor que nos vaya bien.
            Mientras tanto, el Ángel de la reincorporación pensaba en su gran religión y la parrilla se preparaba a fuego lento; con carbón y a media altura esperaba el cuerpo del ángel. El gran kuka monga dancing le dio un beso en la frente al Ángel. El Ángel de la reincorporación estaba atado mientras la parrilla chorreaba grasa. El Gal roamnizadoo contando sus hazañas de puñetero y también estaban en calzon y calzon la Grossa fideu y la Vella sense dents mirándole el bulto a el Manxol. Mientras en un rincón el Ñoqui espantat estaba fumando su primer porro. Todos esperando el gran banquete, a saborear al Ángel de la reincorporación.
            Pero siempre hay algo para luchar mas allá de los disfraces y las caretas, más allá de lo peor que comerse a un Ángel, más allá de un grupo de caníbales siempre hay una esperanza. Lo único que se puede defender en este mundo es a un gato. Justo ese gato que siempre ha estado olfateado a las calzoneras, al Ñoque, al Galo romanizado. Olfateo a los de la Anem caminant, acadèmic es respira y también olfateo a el Núcleo duro.
El gato sabe más que nosotros  porque tienen la llave que permite sentir el acceso a la vida y a la muerte; lo que fue y lo que es. Ismael sabía dónde estaba la mierda de la traición, donde estaba la confesión de lo peor de la negrura de la indiferencia. Ismael esperó a que todos estuvieran en la mesa y de manera sigilosa ingresó por la medianera. De forma sagaz meo los ojos de los invitados.  el Manxol, no podía parar de gritar y con el muñón intentaba sacarse el meo, el orín había penetrado en su mano muerta . El Gal roamnizadoo intentó sacar su espada pero fue inútil la cegara era total, el Ñoqui espantat quiso huir pero Ismael se le prendió de la yugular, la puso de rodillas y le dio muerte. La Vella sense dents y la Grossa fideu no veían absolutamente nada y cayeron a la parrilla, gritaban y escupían sangre pero el carbón y el fuego las dilataba dándoles una muerte digna. El gato Ismael tomó al Ángel de la reincorporación entre sus garras y lo liberó. Miro fijamente su cara y el Ángel quedo paralizado. Intentó contestar sus errores, pero el gato huyo saltando la medianera por donde había entrado. El Ángel se retiró. Miró la hora y había un poco de tiempo para volver al útero que le dijo adiós en aquel departamento privado de las tratas. Se sentía tan bien que podía tocar el silencio y morderlo.

                                                                                        

                                                                                                         Bengala.



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