Se dice del yo, que es un residuo de múltiples
identificaciones: madre, padre, hermano, vecino, profesor, amigo, persona que
vive en la calle, alguien que vi un sola vez, pero que esa sola ocasión bastó
para incluir un rasgo de ella en mi.
Cuando pensamos en quien somos, quizá mejor sería
reflexionar sobre quienes somos. Un yo o múltiples yoes que se conjugan, juegan
en mi, formando una totalidad compleja, compuesta por múltiples personajes.
Todo juego, por ejemplo en caso de Manu la caracterización,
es una experiencia muy rica, a través de él sentimos placer, expresamos
emociones, controlamos ansiedad, adquirimos experiencias, establecemos
contactos sociales e integramos nuestra personalidad, es decir, que el juego
constituye la capacidad creadora por excelencia, significa estar vivo.
Andrea Pérez
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